Autoconciencia
En el primer caso, la conciencia es vigilancia o estado de alerta y coincide con la participación del individuo en los acontecimientos del ambiente que le rodea.
La autoconciencia no es una función tan simple y directa como pudiera parecer a primera vista, y menos respecto a nuestras emociones. Si digo, por ejemplo, que estoy enojado/a, quizá lo esté, pero puede que también esté equivocado/a. Puede que en realidad tenga miedo, esté celoso/a, o que sienta las dos cosas.
¿Cómo hacemos para tener una conciencia exacta de lo que nos está pasando (en el cuerpo) y qué estamos sintiendo (en la mente)?
A esta pregunta responde el principio de la autoconciencia, primer paso de la Inteligencia Emocional, porque ésta sólo se da cuando la información afectiva entra en el sistema perceptivo.
Por ejemplo, para poder controlar nuestra irritabilidad debemos ser conscientes de cuál es el o los agentes desencadenantes, y cuál es el proceso por el que surge tan poderosa emoción; sólo entonces podremos aprender a aplacarla y a utilizarla de forma apropiada.
Para evitar el desaliento y motivarnos, debemos ser conscientes de la razón por la que permitimos que ciertos hechos o las afirmaciones negativas sobre nosotros afecten nuestro ánimo.
Autopercepcion
La autopercepción, cualquiera que sea la significación que se le atribuya,
siempre sería un constructo resultado de la ordenación de diversa información en la
que los valores poseen una función calificadora fundamental especialmente para el
desarrollo de nociones como son la autopercepción o la autestima.
La ideología está presente en todos los actos y conductas del individuo
marcando la orientación de la experiencia vivida y constituyendo una realidad
objetivable que incluiría un sistema de ideas-representaciones (la ideología en sentido
restringido) y otros sistemas de actitudes-comportamientos sociales (las costumbres).
Con independencia de la forma elegida para explicar la intervención de estos factores
en la estructura psicológica del individuo, queda fuera de toda discusión su
importancia y trascendencia en la definición de otros aspectos como son la toma de
decisiones, la orientación conductual o el diseño del proyecto vital cualesquiera que
sean sus posibles dimensiones.
Autoeficacia
La autoeficacia es una métrica poderosa.
Se encarga de definir concretamente qué tan buena es tu habilidad para lograr aquello que te propones.
En otras palabras, dependiendo de la cantidad de sueños, deseos, propósitos, objetivos, metas… etc, que consideres seas capaz de lograr, así mismo eres o no muy autoeficaz.
Sin embargo, hay que considerar que es una métrica (o medida) subjetiva. Es decir, que normalmente no hay manera de definir exactamente qué tan bueno eres para lograr tus sueños, sino que depende enteramente de tu percepción y de tu autoconcepto.La misma persona, incluso en diferentes momentos de su vida, puede considerarse muy autoeficaz, o poco autoeficaz. Aún teniendo las mismas capacidades.Es importante entender que la autoeficacia te ayuda a lograr más fácil el éxito en tu vida por dos razones:
- Si te consideras autoeficaz, acondicionas tu mente para que todo esfuerzo esté positivamente enfocado hacia el logro.
Cada persona puede reflexionar sobre sus sentimientos y emociones para poder identificarlos y aprender de sí mismo. Esta es una de las capacidades que identificó Daniel Goleman cuando definió la inteligencia emocional. Además de identificar las propias también es posible reconocer las ajenas e interpretar las señales que se emiten de forma consciente e inconsciente.
Gestos, palabras, expresiones permiten entender a los demás, al entorno y permiten establecer lazos más reales.
La capacidad de ponerse en lugar del otro se conoce con el nombre de empatía. Algo que no todas las personas hacen antes de tomar una decisión, emitir un juicio o realizar una determinada acción. También es cierto que hay personas que tienen mayor facilidad para reconocer en otros sentimientos, deseos, gestos o emociones.
En la empatía influyen las emociones de cada persona y las de los demás y una persona empática es capaz de detectar información emocional que le puede provocar sufrimiento y dolor. Por otro lado, este tipo de personas suelen ser mejores profesionales en ámbitos como la medicina, laenseñanza, la administración...